Con
amigos o sola, mientras trabajo o descanso, hay pocas cosas que
disfruto tanto como una buena taza de café o té y estoy segura de
que muchos de ustedes tienen eso en común conmigo. Ésta es una de
las actividades cotidianas más comunes, tanto que rara vez nos
ponemos a pensar en el impacto ambiental que tiene algo tan simple
como darnos una vuelta por nuestra cafetería favorita.
Para
reducir la huella que dejamos al tomarnos un té o café, lo más
útil sería eliminar el uso de los vasos de papel, plástico o
unicel, que se convierten en basura. Para esto tenemos dos opciones.
Si vas a tomar tu bebida en la cafetería o en tu casa, sírvela o
pide que te la sirvan en una taza no desechable. Si tu café es para
llevar, acostúmbrate a cargar un termo; hoy en día en cualquier
cafetería puedes pedir que te sirvan ahí. Los hay de muchos
tamaños, materiales y diseños diferentes, seguro encontrarás uno
que vaya contigo.
Si
por alguna razón tienes que usar un vaso desechable y tomas más de
una bebida, pide que te sirvan la segunda en el vaso de la primera;
de esta forma al menos reduces a la mitad la basura producida.
Además, procura no pedir tapa al menos que sea verdaderamente
necesario. Aunque no lo parezca, a la larga estos detalles hacen una
gran diferencia.
Otra
cosa que puedes sustituír por una versión no desechable son las
mangas para vaso, que están hechas de cartón y sirven para que no
te quemes cuando sostienes una bebida caliente. Sin embargo existen
algunas de plástico que puedes rehusar las veces que quieras y que,
como los termos, hay en varios colores y diseños. Puedes
encontrarlas en diferentes lados, por ejemplo Wal-Mart o Superama y
normalmente cuestan menos de treinta pesos. Otra alternativa es tejer
la tuya, lo que le da un toque muy personal.
Algunos
consejos más: trata de usar azúcar de azucarera antes que de sobre,
porque nuevamente esto resulta en menos basura. Si estás tomándote
un café con un amigo y hay agitadores o cucharas desechables, pueden
usar una sola para endulzar ambas bebidas.
Finalmente,
recuerda que todo desperdicio de alimentos conlleva un gasto
innecesario de recursos, así que procura acabarte todo el café o té
que pidas o prepares. Si sabes que es demasiado, haz menos o pide un
menor tamaño. Si se enfría, recaliéntalo. Haz de estos momentos
tan agradables unos que no tengan un impacto negativo en el planeta.